Dios salve a la Reina.

La Reina Sofía la ha cagado, sí. Eso es más que evidente. Os lo digo yo, que soy fan de la Realeza y que de pequeño, tenía a toda la Familia Real hecha con mis muñecos playmobil. Pero la señora Pilar Urbano, tiene una cara de mala que no puede con ella, así como mezcla entre Mª Antonio Iglesias y Curry Valenzuela, así que tampoco me fió yo demasiado de ella. Que doña Sofía haya dicho eso, es más que creíble. Pero que la Urbano haya podido exagerarlo para conseguir lo que quiere, más compradores, también lo veo más que factible. A mí no me parece malo que nuestra Reina opine. Ni que ninguno de los de su Familia lo pueda hacer, no. El día de mañana, cuando yo me case y haya encontrado al hombre de mi vida (evidentemente hablamos de algo lejano, hipotético y utópico), el será mi marido y yo su marido, y para mi habremos formado lo que me dé la Real gana. Pero también quiero que me den una posibilidad, en mi declaración de la renta, que destinar el dinero de mis impuestos que van a la Casa Real, a otras cosas. A ver que opina doña Sofía cuando se tenga que arrodillar para limpiar escaleras.

El sábado fuimos de boda. Si la gente decidió disfrazarse el viernes, nosotros decidimos ir elegantes el sábado. Yo no entiendo la ilusión que le pone la gente a aprovechar la mínima excusa para disfrazarse, como si no le gustasen sus caras o algo así. De pequeño mis compañeros de clase me tenía traumatizado porque tenían un continuo afán de disfrazarnos de dragqueens, animadoras. Así he acabado, claro. Nos juntamos toda la pandilla 2008-2009 (esto lo copio literalmente de Maca, aunque yo lleve casi dos años pululando por los mismos sitios) y fuimos a cenar al Burguer King de Tribunal, que es como Almudena de GH, pequeño y feo. Después del botellón, raudos y veloces acudimos a Elástico, nuestra cita de los sábados, donde Rosa, la reina de las listas, nos comunicó que algunas de nuestras listas habían volado. La historia de siempre.

Una vez dentro, todo el mundo acabó desperdigado, como siempre. Me encontré nada más llegar con Maca y Analida. A Maca hacía como alrededor de 4 meses que no la veía, estábamos cogiendo complejo de ciberamigos. El sábado el Elástico venía con oferta doble. En la sala 1 los Infadel Dj nos dieron bastante caña y en la sala 2, esa pequeña sauna, Ninyofixo acompañado de Luis Venegas pinchó petardeo por doquier. Lo bueno es que podías cambiar de sala cuando te agobiabas. Hay gente que ni siquiera sabe que existe la sala 2. Aunque cuando llegas al fondo y sientes esa humedad, deseas no haberla conocido nunca. Muchos se creen que la existencia de otra sala es directamente un bulo. Me encantan los bulos, lo reconozco. Entre mis favoritos dentro de la noche madrileña están que el Elástico lo van a cerrar para poner un hotel y que en los antiguos Cines Luna iban a abrir un Razzmatazz y Lorena Prain iba a ser la RR.PP. En la sala 2 estaba metido el sábado todo el mundo, desde Johanna Ortiz (que estrena blog) a las habitantes del Ibicenco. Por allí pasaron también, Mario Ximénez, que siempre me regaña por no aparecer por aquí, o Román, fan declarado de este blog, que me escribe comentarios cuando llega borracho los jueves.

Para cerrar la noche, acudimos todos en manada al Café y Té de Gran Vía a desayunar. Tardaron cerca de 45 minutos en venir a atendernos y Marta López se cabreó con la camarera a la que puso firme como una vela. Una vez servidos, comentamos todos la noche en paz y armonía. Lo bueno de no verte con casi nadie en toda la noche, es que luego tienes mucho que contar a las 6 de la mañana. Café y Té es una de esas cadenas que no deberían existir. No aportan nada interesante a nuestras ansías de capitalismo y está claro que son un loser al lado de Starbucks. La comida es verdaderamente asquerosa, el servicio pésimo y a esas horas, parece que no has salido del Elástico, porque sigues rodeado de putas y drogadictos.