17 de noviembre de 2008

Rosa chicle.

Escribo este blog bajo los efectos de llevar 48 horas sin dormir. Este fin de semana podría titularse perfectamente como una mezcla entre "Sonrisas y Lágrimas" y "El camarote de los hermanos Marx". Cuanta intensidad en 48 horas, por favor. Cuando mi cuerpo se pose en mi cama, entraré en el coma más profundo hasta que mi cerebro decida que ya está bien.

El viernes comenzó fuerte. Digamos que este fin de semana nunca pasará a la historia por haber sido precisamente abstemios (las carteras de algunos aun están tiritando). Despues de que cenáramos Lolo y yo en casa de Jokin, una tortilla muy rica y de comentar un poco cosas de Estado, nos fuimos al centro neurálgico de la marcha marica-moderna de Madrid, la calle Barbieri. Creo que dentro de muchos años, está calle será un mito y los japoneses, con sus chanclas y sus calcetines blancos, irán allí con sus cámaras a posar con caras de panolis (perdón a los japoneses que sigan mi blog). La noche en el 8 y medio, sin pena ni gloria. Eso si, el after en casa de Jokin, con él, Lolo, Roxanna y yo metidos en una cama y sin poder parar de hacer bromas y reírnos le dio el punto positivo a la noche.

El sábado fue una noche rollo "una de cal y una de arena". Lo que se suponía unas copas en petit-comité en casa de Shay y Cesc, se convirtió en el evento prácticamente del mes. En 32 metros cuadrados había 32 personas. Fue todo una locura a la par que una risa continua. Podría convertirse en el garito de moda, aunque no sé que pensará Ruth, la vecina. Le pedí prestado a los dueños el desatascador para incluirlo en mi outfit nocturno, pero los puertas de Elástico me lo requisaron porque pensaban que era un elemento peligroso. ¿Cual era el peligro de un desatascador en el Elástico?. De otra cosa pecará la clientela de nuestra discoteca de referencia, pero vamos, desatascados, está bien destascados en general. Además, he visto a gente dentro con banderas, bebes de plástico, hulahops y microondas. Creo que un desatascador es lo menos peligroso comparado con todo eso. Pero yo no protesté, porque más vale un desatascador menos (Shay y Cesc, os lo debo y prometo que lo tendréis) que pasarme la noche a la intemperie en la plaza del Carmen.

Dentro de Elástico, me reencontré con los habituales y a parte de que Javier Vara fuese en chándal, el otro hecho destacable fue la visita de mi hermana y su sorpresa de todo lo que allí dentro acontece. A la salida, pasamos por el Sprint de San Bernardo a comprar (que no robar, pequeñas winonas) y fuimos a casa de Dani Rodríguez a un after que ha durado hasta las 13:30 del mediodía. Mi hermana no puede levantarse de la cama, está tan mayor. Todo lo que ha pasado allí ha sido tan sorprendente que nunca podré explicarlo con palabras. Solo puedo decir que hacía tiempo que no pisaba un after tan molón. Cuando el sol ya hacia daño en los ojos, hemos cogido un taxi a casa y me he enganchado como una alimaña al tuenti. Con tuenti, no hay sueño, cariños. Eso demuestra que el tuenti, además de ser el bakala del siglo XXI, es una droga peor que cualquier cosa que pueda llevar en sus bolsillos cualquier noche Ivan Spears (te adoro, Iván).

En cuanto vi a Johanna Ortiz conectada, la obligué de una manera sucia a que se arreglase en 10 minutos para venir a mi casa. Nadie a esas horas podría hacerme más falta que mi alcorconera de pro, aunque no quiera frotarme la espalda. Entre alcorconeros hay cosas que no se pueden explicar, y que solo entendemos nosotros. Somos hijos del reggeaton, de la costa Polvoranca y de los altercados ñetas vs. latin kings. Yo siempre he sido más ñeta que latinking, porque suena mucho mejor y como buen publicista, sé que el nombre comercial es fundamental. Rumbo a Madrid, y con una tableta de chocolate entre pecho y espalda, comentamos la noche anterior.

Despues de tomar un café con Cesc y Lolo, invadimos la casa de Jokin, le raptamos y nos lo llevamos a comer una hamburguesa al Burguer King junto a Magi, Unai, Alberto y Eneko. Jokin se ha empeñado en pincharnos sin parar música cortavenas, tan ideal para un domingo después de darnos al alcohol como si fuese el último de nuestras vidas. Acabamos el fin de semana subiendo a casa de Shay/Cesc, a agradecer la cortesía de sus dueños por la fiesta del día anterior y para recordar las anécdotas de lo que allí pasó. En general el fin de semana ha sido muy bueno, aun estando ahora mismo más cansado y sin voz. Me ha gustado acabar un fin de semana más viendo Plaza España de frente. Y con reflexiones que merecen la pena.



Pongamos, señores, que hablo de Madrid.

4 comentarios:

Cohen dijo...

(una azotea de madrid grita: ringring)
que el ruido de la ciudad me recuerda a ti.
eso es todo al final

Unknown dijo...

nunca pinesas nombrarme en tu fantastico blog?
..indie de mierda

Anónimo dijo...

xq escribes tan bien?me encanta.

Anónimo dijo...

Your blog keeps getting better and better! Your older articles are not as good as newer ones you have a lot more creativity and originality now keep it up!