8 de febrero de 2009

Respirar.

Tengo muy abandonado mi querido blog, pero jamás le dejaría morir. Dentro de nada cumple 6 meses y siempre me ha aportado cosas positivas. Desde la última entrada, mi vida se ha centrado básicamente en la vida bibliotecaria.

La biblioteca es un ecosistema muy interesante. Yo siempre he estudiado en bibliotecas, porque en mi casa, tengo el ordenador demasiado cerca (si, soy adicto al ordenador, por si aun no lo sabíais), y la televisión no deja de ser una tentación. Así que desde que empecé la carrera, siempre he estudiado en la biblioteca de mi facultad y, contadas veces, en la de mi barrio.

En la biblioteca de la facultad nos conocemos todos. Todo el mundo tiene su sitio establecido, aunque no esté escrito en ningún lado. Yo suelo cambiar según la compañía de ese día, pero no concebiría estudiar en un sitio que no estuviese en la segunda planta. Y si puede ser en el centro de la biblioteca, que es como un balcón a las plantas de abajo y desde donde controlas toda la biblioteca, mejor que mejor. En realidad todos sabemos que a la biblioteca se va a muchas otras cosas principales, y de forma secundaria, a estudiar.

Todos los chicos interesantes tienen un mote establecido por mi querida Paloma, compañera de desayunos y fatigas: el Brazos, mi Novio, PV, Moradito, Mechas... Estamos deseando que lleguen todos para poder comenzar a estudiar a gusto. Mi universidad, como ya os he dicho otras veces, mi campus es el más gay de Madrid. Seguramente el hecho de que se imparta Audiovisuales, Publicidad, Periodismo y Danza no ayuda a que haya muchos machos rudos sueltos por los verdosos campos de la Rey Juan Carlos. Estar en la biblioteca es como pasar un casting continuo, así que podéis imaginar el tiempo que le dedico por la mañana a elegir la vestimenta. Además de los hombres, la otra cosa entretenida de estudiar allí son los breaks, ya sean para fumar el cigarro (yo sabéis que no fumo, pero de vez en cuando cae un Lucky cedido amablemente por Paloma) o para comer. Aprovechas esos minutos al máximo, los exprimes porque sabes que serán los únicos momentos felices de estos dos meses.

Pero como no todo es biblioteca, ayer me tomé la tarde libre y subí al centro a hacer mis cositas. Cuando subí por la escalera de Tribunal (adorada línea 10), me sentí raro, como extraño, después de tanto tiempo sin pisar la capital. Tomé un café con mi amigo Fernando M. Abras, uno de los mejores conversadores que conozco, hablando de las alegrías y las miserías de esta vida. Luego fui al bar Sedna, un sitio con bastante encanto en Tribunal a tomar un batido con Nano, Luis y Dani. El Sedna es un sitio muy guay, de esos con juegos de mesa, para pasar una tarde tranquila y con una carta bastante amplia. La última cita la tenía con mi amiga Betina S., que celebraba sus 20 años (si, habéis leído bien) con una cena en el Wagaboo de la calle San Marcos. Me lo pasé estupendamente con la gente de su clase y ella gritó como una loca al ver algunos de sus regalos, como una pulsera de Tiffany's y un vestido estupendo de Chloe. Cuando yo marché a casa, pronto debido a los exámenes y mi dolor de garganta, les recogió una magnífica limusina. Si señores, un cumpleaños con clase. Cuando llegué a casa, estuve hablando con mi amigo "prefiero mantenerme en el anonimato", que un día más, a esas horas, estaba etílico perdido.

Por último, no podía terminar sin hacer un repaso a la actualidad social. Por un lado, unos Goyas descafeinados. La gala, por mucho que se empeñen, siempre será aburrida. Aída no estuvo mal presentándola, pero no dejó de ser el coñazo al que soy fiel desde hace 8 años. Merecido premio para Penélope, Carme Elías, la niña de "Camino".. Lógico éxito para "Camino" en un año en el que faltaban los grandes directores (Trueba, Amenábar, Almodóvar... del cual me han comentado de buenas fuentes que va a arrasar con su nueva película, "Los abrazos rotos"). Discutible para mi gusto, el premio para Benicio del Toro, que debía haber caído en manos del magnífico Raúl Arévalo. Las mejores vestidas, Goya Toledo, la presidenta de la Academia y Aitana Sánchez Gijón. La peor, por si no la habéis visto, Miriam Díaz Aroca, que protagoniza el peor bodrio estrenado en la historia de la televisión española, "A ver si llego". Los dos espacios televisivos que me tienen atrapado últimamente son "Fama" y "Acusados". "Fama" me tiene enganchado, y muchas tardes me quedo en casa solo por poder verlo y ver a mi novio Sergi, al que cuando salga del programa, voy a hacer muy feliz. Como me siga dando por imitar las coreografías del programa, voy a acabar estampado contra el suelo, porque lo mismo le doy al lírico que al funky. Aunque realmente me quedo a medio camino entre una mamachicho y una bailarina del difunto "Furor". De "Acusados", además de afirmar que en su segundo capítulo ha conseguido salvar las críticas que le acusaban de la copia total de "Damages", protagonizada por Glenn Close en USA, deciros que me tiene enganchado, que dejo internet y cualquier cosa que esté haciendo solo por verla. Me encantan las series de intriga, al puro estilo "Motivos personales".