Post-it.

Esta semana ha venido cargada de planes interesantes. Por culpa de tanto plan no he podido pasar demasiado por clase y esta semana me van a dar por todos lados. Espero que en Navidad me de tiempo a ponerme las pilas, aunque no deja de ser la típica promesa que nunca se cumplirá. En Navidad siempre hay cosas más interesantes que hacer que estudiar: comprar regalos de amigos invisibles y Reyes, cenas y comidas, cafés con gente que hace meses que no ves, ir a Cortilandia. Cuando llega el 6 de Enero te das cuenta de que la mochila sigue en el mismo sitio donde la dejaste el 20 de Diciembre y que ya es demasiado tarde para enfrentarte a todas las asignaturas. Ahí llega el bonito momento del descarte: elijes la asignatura más dificil y decides no presentarte. Antes de que llegue febrero, seguro que caen una o dos más, para que, segun tú, te salgan mejor el resto. Mentira cochina. Acabarás aprobando cinco asignaturas de mierda, la mitad seguramente optativas y con cinco pelados. Y en alguna agradecerás haber hecho ese trabajo opcional que te subía 0,5.

El miércoles fui con mi amigo Edu Lozano a ver a Miss Caffeina al Costello. Por más conciertos suyos a los que he ido, nunca me canso de verlos. Espero que pronto alguna discográfica con un poco de visión de futuro les saque un disco, aunque de momento no les va mal. Costello es uno de los sitios más míticos de Madrid, pero su sala de conciertos, en la planta de abajo, pese a un sonido bastante bueno, tiene una temperatura como de 50 grados. Allí me lleve la sorpresa de encontrarme con una vieja amiga, Mónica, que no veía casi desde que estuvo de Erasmus en Roma, que fue cuando la conocí. Son super sentimentales este tipo de reencuentros con la Navidad a la vuelta de la esquina. Nos despedimos con un típico "tenemos que quedar" que espero que se cumpla. El jueves, otra vez con Edu Lozano, y tambien Pau Eiroa y Nacho (mi futuro marido) fuimos a ver a la francesa Yelle a la sala Heineken. Aunque yo ya la había visto en Febrero en Razzmatazz cuando aun no era casi ni conocida, disfrutamos el concierto como enanos. Era una mezcla entre discoteca y concierto, que parecía por momentos que estabas en la Goa. Salimos extasiados de alli y nos fuimos a beber copa tras copa, al Hombre Moderno, en la mítica calle Pez.

Los jueves han vuelto a ser un poco más jueves desde que volvió Nasti a ser lo que era, despues de la época de agobio policial que sufrió. Ha vuelto el tour semanal Nasti-8ymedio-Elástico. Este jueves me encontré allí a todo el clan de los Nachos, incluido a la dinastía Llanos. La dinastía Llanos es adorable y siempre es divertido encontrarse con alguno de ellos porque te hacen las noches un poco más graciosas. De 5 a 6 nos quedamos tirados en la puerta del Nasti porque nosotros somos muy de la calle, como Candela Peña en Princesas. Antes de irme a casa, aprovechamos que Roxanna llevaba un taco de post-its, le decoramos el coche a los Llanos. Nosotros siempre innovando, a lo Agatha Ruiz de la Prada.