12 de mayo de 2009

Una décima de segundo.

Esta mañana, estando en la biblioteca de la URJC, me he encontrado con la terrible noticia de la muerte de Antonio Vega, el cantautor español que todos conocemos, y que como sabeis, consiguió gran prestigio tanto con su grupo, Nacha Pop, como de forma independiente.

Antonio Vega puso música a un verano tan terriblemente malo como bueno. Aquel verano del 2006 será, para mí, uno de los más importantes de mi vida, siempre. Sus letras, sus acordes, sus melodías, llenarán siempre pasajes de mi vida de los que aprendí, creo, que muchas cosas de las que me forman a día de hoy. Tuve la suerte de verle en la sala Galileo el primer año de carrera, acompañado de mi ya, lejano, amigo Uge. Por entonces, su estado físico ya era bastante preocupante, pero su voz nunca dejó de sonar ni sus manos dejaron de tocar durante cerca de 90 minutos.

Allá donde esté, maestro Vega, descanse en paz. Y siéntase parte de la historia de España, y de la mía propia.

2 comentarios:

Cohen dijo...

es como aquel relato de la cercana muerte de un familiar que leimos el otro dia, pues estas diez lineas si me hicieron sentir de aquella manera!

Juan Arcones dijo...

vega era un muerto en vida desde hace tiempo.

me dio mucha pena cuando murió, pero el pobre yo creo que hacia años que sufria mucho